El slow web

Llegué al movimiento del slow web un poco por accidente. Estaba en proceso de crear este sitio como una ruta de escape de todo lo que me disgustaba de las redes sociales y del internet en general. Estaba cansado de que todo se sintiera tan acelerado: como consumidor tienes un feed infinito que te empuja a pasar rápido de una cosa a la siguiente (así podrás ver más publicidad), y como creador debes estar publicando cosas nuevas constantemente, si no lo haces el algoritmo te castiga (o al menos eso parece).

Quería crear y compartir a mi propio ritmo, sin sentir la presión del algoritmo en la nuca y sin sentirme falso publicando cosas que no iban realmente con mi personalidad o mis metas creativas. También quería que lo que creara existiera en un contexto más favorable para disfrutarlo. Entonces me puse a investigar un poco sobre cómo crear un blog y encontré algunas cosas que tampoco me gustaban. La mayoría de las recomendaciones sobre empezar un blog van algo así:

  1. Elige un tema específico que te apasiona (será lo único de lo que hablarás).
  2. Investiga cuáles son los términos específicos que las personas están buscando en Google sobre ese tema (llamadas palabras clave o keywords).
  3. Escribe muchos artículos usando exactamente esos términos y úsalos muchas veces a lo largo de tu texto (sin parafrasear).
  4. Consigue suficiente tráfico en tu sitio para poder poner publicidad y ganar dinero.

No creo que estas recomendaciones sean necesariamente malas, pero reflejan un internet centrado en la eficiencia, la visibilidad y la rentabilidad, y esas no son las metas de este blog. Para mí es muy importante que este blog sea una aportación al tipo de internet que me gustaría habitar. Esto implica que mi enfoque está más en la expresión genuina que en cumplir los requisitos de un algoritmo (en este caso ahora Google y otros buscadores), en darme el tiempo necesario para crear algo con más profundidad, y especialmente en evitar las cosas que a mi me dan una mala experiencia como usuario en otros sitios. Fue en el proceso de definir mis principios y la manera en la que podría cumplirlos que descubrí el movimiento slow web.

¿Qué es el slow web?

El concepto surgió a inicios de la década de 2010. Tiene sus bases en otros movimientos que, de forma similar, rechazaban las consecuencias de la cultura de la inmediatez en distintos aspectos de la vida. Uno de estos movimientos es el del slow food, que nació en respuesta y oposición a la comida rápida ultraprocesada, otro es el del slow fashion, que nació en respuesta a la ropa producida de forma rápida, masiva, barata y de mala calidad. De la misma manera, la meta está no tanto en ser de una manera particular y definida sino en no ser la otra cosa. Por eso, para entender los principios del slow web, es importante reconocer primero las características de su opuesto.

Fast web

Lo reconoces cuando lo ves. El fast web tiene actualizaciones continuas y automáticas. La información se renueva constantemente sin que uno lo pida. Siempre habrá algo nuevo que puedes ver.

Todo parece urgente. La meta es la información inmediata. No importa si es precisa. No importa si es superficial. Muchas cosas piden tu atención al mismo tiempo.

Estás leyendo un artículo y las oraciones son cortas. Los párrafos son de una o pocas líneas. Todo calculado para que sigas leyendo.

Se asume que vas a hojear, no leer.

Y por eso…

Hay secciones

Esos títulos contienen las palabras clave. A veces de forma muy obvia.

Todo es haz clic aquí. Compra ahora. Algunos botones bailan para llamar tu atención.

La información se vuelve irrelevante muy rápido. Pero siempre hay algo nuevo.

Hay un exceso de información. Todo está repleto de estímulos. Hay muchos anuncios y micro-contenidos.

Suscríbete

El contenido es infinito. No hay un orden. Nunca llegas a ninguna parte. El contexto se colapsa. El contenido desaparece o se reemplaza muy rápido.

Lo que importa no es entender sino estar actualizado.

El diseño se parece al de un casino. Hay recompensas inmediatas. Feedback constante. Likes, views, seguidores, niveles.

¿Mencioné que hay interrupciones?

Todo calculado para que no tengas que pensar. Son más importantes las métricas que dar una buena experiencia.

El contenido se creó de forma masiva con IA.

Es más importante la respuesta rápida que el diálogo.

No hay ninguna pausa ni espacio en blanco. Es una sobrecarga de estímulos.

Mantenerse actualizado es estar “activo” siempre. Mantenerse actualizado es pertenecer.

Tus datos se extraen. Tu comportamiento se vende.

Slow web

El slow web es el que no es como lo que acabo de describir. Se trata de tener una experiencia digital más pausada y consciente. Así como con otros movimientos slow, se trata de poner la calidad por encima de la cantidad. Hay muchas maneras de conseguir esto, pero existen algunos principios básicos que guían las creaciones de este movimiento.

En primer lugar está el factor temporal, es decir, literalmente, qué tan rápido se actualiza el sitio. Jack Cheng describe la diferencia como tiempo oportuno vs. tiempo real. El slow web no debe preocuparse por funcionar en tiempo real, sino en funcionar en el momento oportuno. En algunos casos esto quiere decir que hay un ritmo predecible de actualizaciones, en otros casos puede ser que hay una dinámica de turnos, en otras significa simplemente que si no hay nada particularmente bueno o importante, es mejor no actualizar solo porque sí.

El contenido también tiene un enfoque distinto. Más allá de la creación masiva e inmediata (que suele ser efímera y superficial), hay un énfasis en la curaduría y el contenido duradero. Una forma de describirlo es que hay un interés por el conocimiento, más que por la información. Hacer las conexiones necesarias para convertir la información en conocimiento requiere trabajo y tiempo, pero vale la pena.

También está el factor de diseño y experiencia de usuario. Uno de los principios del slow web es que el diseño debe ser simple, limpio y sin distracciones. El punto es evitar la sobrecarga y las interrupciones del fast web que pueden llegar a ser un dolor de cabeza. En este caso se busca que haya espacio en blanco y que el contenido pueda disfrutarse al ritmo deseado. Además se recomienda una tipografía legible, poco uso de color, navegación clara y ausencia de pop-ups y banners innecesarios. Esto lleva a una interacción más intencional y pausada, menos compulsiva pero también menos cuantificable.

Hablando de cuantificable, la ética del slow web también rechaza la ética extractiva y basada en métricas de su contraparte. Se trata de tener mayor consciencia y dar un rol más activo al lector. Esto significa que no se trata de empujarlo constantemente a hacer lo que quieres, sino darle la oportunidad de hacer las cosas si así lo desea.

Más allá de estos principios, las formas específicas de lograrlas son bastante flexibles. No se trata de prescribir una forma particular de operar, sino de establecer un marco dentro del cual puedes definir tus propias reglas.

Todo esto es con el objetivo de crear un internet respetuoso con el usuario, lejos de la fatiga y dispersión del internet inmediato. Se trata de cambiar nuestro enfoque al diseñar nuestra experiencia en el internet. Si el fast web tiene formas de operar que reflejan sus objetivos de métricas (visitas, suscriptores, compras, etc.), el slow web se cuestiona si enfocarnos en esos objetivos nos lleva a un lugar deseable. Las preguntas entonces son: ¿cuáles objetivos serían deseables? Y, ¿cómo se vería un internet con esos objetivos? Aquí es donde las personas buscan y llegan a sus propias conclusiones de buenas prácticas.

El internet parece estar cada vez más lleno de contenido basura generado en masa con inteligencia artificial, todo con tal de optimizar conversiones. Con tendencias como estas, tal vez llegue el punto en el que las personas digan: ¡no más! Si las personas buscan conexión, información en la que pueden confiar, o sentirse más en control sobre el ritmo y frecuencia de su interacción con medios digitales, tendrán que buscar en otra parte. Solo el tiempo dirá si esas necesidades revertirán la tiranía de las métricas que definen la experiencia actual. En ese caso, tal vez slow sea el futuro.

2 comentarios

  1. Es cierto, a mi me pasa con muchos sitios que te anuncian una cosa y para llegar a obtener la información que deseo primero pasé por mil anuncios, pop ups, en ocasiones es tan cansado todo eso que simplemente me rindo antes de poder leer lo que en un principio prometieron informar.

    1. Sí, estoy pensando que por alguna razón es especialmente común en páginas de recetas. Es un cliché tener que leer toda una historia repleta de keywords, anuncios y popups antes de poder ver la receta como tal. Creo que ahí es más obvio porque ya sabes exactamente lo que estás buscando y luego es difícil encontrarlo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este popup lo activaste manualmente

Generalmente no funciona así.

Los popups del fast web aparecen simplemente porque estuviste en un sitio un par de segundos. Todavía no terminas de leer un párrafo y ya están tapando toda la pantalla para venderte algo.

Suscríbete

Si quieres mantenerte al corriente o quieres aprender más, suscríbete. Recibirás un correo de vez en cuando con las novedades del blog y un poco del detrás de escenas de mi proceso creativo.