Se lee mucha más poesía de la que se piensa: Benito Taibo

Esta entrevista formó parte de la cobertura de la Feria Internacional del Libro de 2023 para la Agencia Informativa UDEM y Radio UDEM.

Escritor, periodista y promotor de la lectura, Benito Taibo es uno de los referentes de la literatura mexicana contemporánea. Inició su carrera literaria como poeta y más tarde también publicó novelas por las que ha sido ampliamente reconocido. Su más reciente libro, Pasar inadvertido, es una recopilación de poemas que escribió a lo largo de su vida que exploran la cotidianidad, la cultura y los grandes poetas.

Este libro reúne poemas que escribiste entre 1978 y 2022. ¿Cómo fue revisitar todos esos poemas que escribiste tantos años atrás?

Difícil, complicado. Tuve la tentación de corregir un montón de cosas y sin embargo las dejé. De repente empecé a leer las cosas que escribí a los 18 años y el viejito de 63 que soy en algún momento tuvo la intención de decir “esto no debería ir así” pero luego pensé que no, que debería dejarlos como estaban porque era responsabilidad del de 18, o sea que si alguien tiene alguna queja, échenle la bronca al de 18. Pero fue divertido, fue apasionante, fue entrar otra vez a algunos infiernos y pesadillas que tuve y que desaparecieron de mi vida y que volvieron a hacerse presentes. Y también otros amores y desamores como sucede con la vida diaria.

Además de tu poesía, eres reconocido por tus novelas. ¿Cómo es diferente para ti escribir en cada género?

Empecé escribiendo poesía cuando decidí escribir poesía a los 15 o 16 años. Había mucho Taibo en el territorio de la narrativa, y por lo tanto me pareció que era una manera de desmarcarse de los otros dos (estoy hablando de mi padre y de mi hermano, que entre los dos tienen más de 300 libros publicados). Me parecía que podía ser más fácil, que era más corta, pero es mentira absolutamente. La poesía es tal vez el género literario más complejo de todos. De repente una línea está en tu cabeza durante semanas, durante meses. En cambio en la narrativa tienes que mantener un hilo, una constancia, una forma, entonces te sientas y escribes, y vas siguiendo el hilo de la trama. Sin duda es mucho más difícil escribir poesía, pero es el lugar donde me encuentro muy a gusto y que amo profundamente.

Me gustaría hablar un poco del título ¿Cómo surgió la idea de llamar a este libro Pasar inadvertido?

Fue mi esposa, fue Imelda mi mujer la que de repente dijo: ¿y por qué no se llama Pasar Inadvertido? Y es una suerte de juego porque se dice que en México no se publica poesía porque no se vende, entonces dije, a ver si pasamos inadvertidos. Además es parte de uno de los poemas, y me pareció que fue un gag divertido que podía hacer en este juego con lo que estaba pensando. Se lee mucha más poesía de la que se piensa, lo cual no sabes cómo me emociona.

Me parece que la nostalgia es un tema importante dentro del libro, ¿Te consideras una persona nostálgica, o cómo fue que se volvió algo recurrente?

No creo que cualquier tiempo pasado fue mejor, creo que el mejor tiempo es el presente. Sin embargo, estamos hechos de memorias, de recuerdos, de todo aquello que nos hizo ser quien finalmente somos y de lo que no podemos sustraernos. Yo no sería yo si no hubiera vivido todo lo que viví y todo lo que sufrí, todo lo que amé y desarmé, todos los golpes que me dieron y todos los besos que también me dieron. Somos eso: memorias, pasado, pero también somos presente y sin duda somos proyección hacia el futuro.

Hay varios poemas con dedicatoria a personas cercanas a ti ¿de qué manera te inspiran quienes te rodean?

Tiene que ver justo con lo que estamos diciendo, somos eso, no soy nadie sin los que estuvieron a mi lado, sin la otredad, sin la posibilidad de mirar a través de los ojos de los otros tu propia mirada. Está lleno de todo ello. Es poesía de lo cotidiano, de los sueños y también de las pesadillas. Lo cotidiano es una constante en todo Pasar Inadvertido. Intenté hacerlo de la manera más sencilla posible, no buscar metáforas extremadamente complejas, ni palabras crípticas, nadie tiene que ir por un diccionario para poder leerme, afortunadamente.

En la sección Corazones cercanos hay poemas sobre poetas como Garfias, Pablo de Rokha, Concha Urquiza, César Vallejo, entre otros… Me gustaría escuchar un poco sobre los poetas que te inspiran.

Yo de alguna manera tengo una influencia importante con los contemporáneos, con la Espiga Amotinada, que fue un grupo de poesía que me llegó particularmente en su momento, casi todos ellos chiapanecos. Estoy hablando de Heraclio Cepeda, Jaime Labastida, Juan Bañuelos, entre otros que para mí fueron muy importantes. Tal vez el más influyente de todos dentro de mi visión fue José Emilio Pacheco, que además era un muy buen amigo, entonces Pacheco es una permanente constante. Juan Gelman es otro de ellos. Tengo un montón de poemas dedicados a otros poetas porque creo que son los que me hicieron ser quien soy.

Por ejemplo, Pedro Garfias, poeta español que llega a México en uno de los primeros barcos y que escribe un poema maravilloso que se llama Entre España y México. Yo lo oí en un disco de voz viva de México editado por la UNAM, y me emocioné hasta las lágrimas. Él vive y muere en Monterrey, y Garfias es sin duda una de las voces más claras, más precisas, más contundentes de la generación del 27 española. Concha Urquiza, poeta de San Luis Potosí a la que casi nadie conoce, muere trágicamente ahogada, y trágicamente no porque todos creemos que se suicida metiéndose al mar. También me parecía que era un homenaje a la recuperación de su memoria. Pablo de Rokha vive en tiempos de Neruda y la sombra enorme de Neruda impide que mucha gente hable de él. César Vallejo, bueno, César Vallejo es César Vallejo y lo amo con toda el alma.

Uno de los poemas sobre otros escritores se siente especialmente personal e íntimo. ¿Cómo fue escribir En memoria de Efraín Huerta?

Tuve el inmenso privilegio de ser muy amigo de David, su hijo, al cual extraño muchísimo. Éramos muy buenos amigos. Un día teniendo yo siete u ocho años mi padre dijo: va a venir a comer el gran cocodrilo. Entonces mi hermano Carlos y yo estábamos emocionadísimos de ver por primera vez a un cocodrilo, porque nunca nos dijeron quién era Efraín. Los poemínimos de Huerta son una verdadera joya. “Bienaventurados los poetas porque de ellos será el reino de los senos” dice, entre otras cosas. Además es el gran poeta de la Ciudad de México, al cual le debemos muchísimo y debemos agradecérselo.

También hay poemas sobre figuras de la cultura como uno dirigido a la mamá de Bram Stoker hay uno de Hannibal Lecter, Charles Darwin. ¿Qué importancia tiene la cultura pop en tu proceso de escritura?

La cultura, pop y no pop. La cultura es esta posibilidad de hacernos cada vez más y mejores preguntas, no esperar respuestas, sino ver la pregunta y tener una nueva alrededor de esa. Yo creo que de eso está hecha la cultura, de la posibilidad de que hagamos cada vez más complejas preguntas alrededor de los fenómenos naturales, sociopolíticos, económicos que existen a nuestro alrededor, incluyendo lo que significa el arte.

Tienes un público muy amplio de lectores, ¿al hacer este libro tenías en mente a algún tipo de lector en particular?

Uno escribe poesía para los cercanos. En ese sentido es un poemario que fue escrito de alguna manera para mi generación, y que las nuevas generaciones lo hayan adoptado quiere decir que la poesía no tiene fecha de caducidad. Un día le preguntaron a Borges en un conversatorio en los años 60 en Argentina, para qué servía la poesía. Fue un momento muy bonito, y Borges contestó: “¿y para qué sirven los amaneceres?”. La poesía sirve exactamente para lo mismo que sirven los amaneceres: no sirve para nada, pero sirve para todo. Sirve para descubrir que hay una luz que ilumina al mundo, y que sabes que pese a todo sobreviviremos y estaremos ahí presentes. La utilidad es saber que ahí está una parte de tu esencia como ser humano.

¿Cuál fue el reto más grande al hacer esta recopilación y en general de hacer este libro?

El reto más grande es atreverse a publicarlo y dejar que ese muchacho de 18 volviera a tener vida por unos momentos y que se acercara a otros como él, y que viera el nuevo mundo que estamos viviendo a través de la mirada del viejo mundo en el que vivía. Yo la verdad es que estoy muy contento. Los chicos lo han recibido muy bien, y lo agradezco enormemente. Estoy rodeado de cómplices, de lectores, que me tiran buenísima onda. Estoy la verdad muy contento. No pasaremos inadvertidos.

¿Qué le dirías a ese Benito Taibo de 18 ahora que estos poemas salen a la luz?

Lo voy a decir con todas las palabras, le diría: escribe más, huevón. Creo que debí haber escrito mucho más de lo que escribí, pero también es cierto que la poesía tiene su ritmo, su forma, su lógica, y no podía apresurarla, así que no me quejo, estoy muy contento.

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